miércoles, 29 de enero de 2020

 Abogado denuncia por prevaricación y gana

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/01/27/legal/1580141876_517760.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid=IwAR3PwNxZ-vKivDMu-DZtsupxQDclaIWltjuz8dhbEosrTZTnUg2U_hBXiOI

lunes, 27 de enero de 2020

90.000 millones por corrupción

Lo que nos cuesta la corrupción




https://www.europapress.es/economia/fiscal-00347/noticia-espana-pierde-mas-90000-millones-ano-corrupcion-cuarto-pais-mas-ue-estudio-20181207135440.html?fbclid=IwAR0lWbGXYCp4JyqYYtWQIJh0KeoWIG-fg3oOr72XTlZZgqJ1yBqvvKQpbTY
 

Salario y pobreza


Fuente: https://www.elsaltodiario.com/economia-para-todas/la-reaccion-contra-la-subida-del-smi-o-por-que-el-capitalismo-necesita-trabajadorxs-pobres?fbclid=IwAR1EOQLULIhnPckpeqH1Y4FfVrmX-PqbjhxXfkCDrAe5-zYjLMZsrnHYrwY
LABORALLa reacción contra la subida del SMI o por qué el capitalismo necesita trabajadorxs pobres

La intención del nuevo gobierno de subir el SMI hasta 1200€ ha levantado airadas reacciones por parte de la clase empresarial. Este artículo resume una investigación recientemente publicada en la revista Sociología del Trabajo y nos explica por qué la clase empresarial se opone a una medida que beneficiaría al sector más vulnerable de la población.
Salario mínimo interprofesional
La subida del SMI genera dudas en su aplicación ESTHER COMAS

PUBLICADO
2020-01-25 19:34
Desde hace unos meses venimos asistiendo a un enconado debate en torno a la subida del Salario Mínimo Interprofesional. De hecho, esta medida y la derogación parcial de la reforma laboral de 2012 parecen ser las principales preocupaciones de la derecha ahora que se ha formado el nuevo gobierno. Esto no es sorprendente si tenemos en cuenta que vimos la misma reacción cuando la misma coalición elevó el SMI en 2019 hasta los 900€. Una subida que fue mínima y escasa (en realidad, el PP había pactado ya subirlo hasta los 850€), pero que sirvió para que el empresariado vertiera amenazas de hecatombe económica si aquello se producía.
Ahora nos encontramos ante una subida hasta los 950€ que el nuevo Gobierno ha pactado con la patronal y con los sindicatos mayoritarios, subida que es todavía insuficiente ya que apenas sirve para recuperar el poder adquisitivo perdido durante más de una década de crisis económica. Pese a haber aceptado este pequeño avance, la clase empresarial sigue mostrándose públicamente reacia a aumentar el Salario Mínimo hasta los 1.200€, que es una de las principales promesas del nuevo gobierno para la presente legislatura.
“Lo que se pretende con la subida del SMI hasta los 1200€ es que nadie sea pobre trabajando a jornada completa"
Esta medida beneficiaría a un sector importante de la población, precisamente aquel más vulnerable. Lo que se pretende con la subida del SMI hasta 1200€ es un objetivo claro y que debería ser asumido por todos: no puede ser pobre alguien que trabaja a jornada completa [1]. En realidad, esta medida no es sólo buena para la trabajadora o el trabajador que deja de recibir un salario miserable, lo es también para el conjunto de la economía, ya que inyecta dinero en hogares con rentas restringidas, lo cual implica que gastarán la mayor parte de lo que ingresen, aumentando la demanda y beneficiando a los propios empresarios, sobre todo las que ofrecen bienes y servicios destinados a la economía real de las familias (y no tanto a los que simplemente ofrecen servicios financieros al capital, cuya aportación al bienestar social es nula o incluso negativa). Después de todo, ha pasado casi un siglo desde que tanto Keynes como Kalecki demostrasen que el aumento de los salarios tiene importantes consecuencias positivas para el conjunto de la economía.
Entonces, ¿por qué se oponen con tanta firmeza a la subida del SMI? Fundamentalmente, porque dicha medida ataca los fundamentos socio-económicos en los que se sostiene la hegemonía empresarial sobre la clase trabajadora en el sistema económico y político actual. Cuando atacan la subida del SMI lo que están expresando, no explícitamente pero si implícitamente, es que quieren que haya trabajadores y trabajadoras pobres. Necesitan que los haya, al igual que necesitan una tasa de paro considerable y una legislación laboral que ampare legalmente la precariedad. Me explico:
Una de las principales contradicciones del sistema capitalista es que éste requiere que una parte considerable de la clase trabajadora permanezca en una situación de pobreza, o al borde de ésta, para que el mercado asalariado sea viable en términos rentables para el empresariado. Dicha contradicción ya fue mentada por diversos autores en los siglos XVIII y XIX, en los albores del mercado asalariado actual, quienes ya entonces identificaban la necesidad de una masa social amplia que esté lo suficientemente empobrecida y despojada de recursos propios como para verse obligada a asumir los ingratos, odiosos y alienantes puestos de trabajo que el mercado asalariado ofrecía y ofrece. Estos autores no eran sólo peligrosos revolucionarios como Marx (que lo trató en su obra magna El Capital, a través del concepto acumulación original, recientemente desarrollado por David Harvey bajo la fórmula acumulación por desposesión), sino también autores de la derecha conservadora de la época, como el filósofo anglo-holandés Bernard de Mandeville [2], quien hacía recomendaciones como la siguiente al respecto:
Hay que evitar que los trabajadores mueran de hambre, pero hay que procurar también que no dispongan de nada que puedan ahorrar. (…) todas las naciones ricas se hallan interesadas en que la mayor parte de los pobres no permanezcan inactivos y en que, sin embargo, gasten siempre lo que ganan. Quienes deben ganarse la vida con su trabajo cotidiano no tienen nada que los espolee a ser útiles más allá de sus propias necesidades, que es prudente atenuar, pero que sería necio suprimir. Lo único que puede estimular la diligencia del hombre laborioso es un salario moderado, (…) si éste fuese demasiado alto se volvería insolente e indolente (…). De lo expuesto anteriormente se deduce que en una nación libre, donde no se permiten esclavos, la riqueza más segura es la abundancia de pobres laboriosos. (…) es necesario que la gran mayoría permanezca a un tiempo ignorante y pobre” (de Mandeville, 1728: 212).
Es sorprendente que un texto escrito hace casi tres siglos refleje tan fielmente ciertos aspectos de la realidad laboral y económica actual, aunque no tanto si consideramos que Bernard de Mandeville ha sido profusamente reivindicado por los neoliberales (basta remitirse a la popularidad de la fábula de las abejas que eleva el egoísmo a virtud social). La idea es evidente: si la población no percibe y asimila el riesgo que supone caer en la pobreza, no aceptará trabajos ingratos que no estén lo suficientemente remunerados, no aceptará contratos precarios y no asumirá las condiciones indignas en las que se acaba materializando la relación laboral.
En una situación de empoderamiento económico y laboral en la que trabajadoras y trabajadores cuentan con margen económico suficiente y con otros puestos de trabajo disponibles a los que acceder sin grandes dificultades, la trabajadora se rebelará frente a su empleador ante el primer abuso y ante condiciones que considere odiosas o insuficientemente remuneradas. De este modo, la disciplina en el ámbito asalariado se resentiría severamente si la pobreza, la precariedad y el desempleo no actuasen como mecanismos de disciplinamiento de la clase trabajadora.
“Si la población no percibe el riesgo que supone caer en la pobreza no aceptará trabajos precarios, odiosos o insuficientemente remunerados”
Fue esta contradicción, en relación con el aumento de productividad y salarios que se produjo bajo el modelo social-demócrata, la que, en gran medida, provocó la crisis de este modelo a partir de finales de los años 60. Tanto la inflación como los salarios se dispararon sin que ello lograse generar crecimiento económico ni apaciguar la conflictividad de la clase trabajadora en aquellos convulsos años. Y es esta contradicción la razón que motivó la reaparición de pobreza, precariedad y desempleo en las principales potencias del mundo capitalista a partir de los años 70, las cuales casi habían erradicado dichas problemáticas durante las décadas anteriores.
¿Cómo es posible sino explicar la reaparición de pobreza, precariedad y desempleo, y su permanencia durante décadas, en el seno de sociedades cada vez más ricas y con mayores recursos productivos? Sólo apelando a su función económica podemos entender su persistente presencia desde que se inició el modelo neoliberal. Aunque se presenten como consecuencias indeseables e inevitables del mercado laboral, la realidad es que son factores económicos políticamente establecidos puesto que son necesarios para reproducir la hegemonía de la clase dominante.
Su funcionamiento puede observarse en muchos puestos de trabajo de personas que pueden ser consideradas como el nuevo proletariado: en la medida en que una trabajadora o trabajador se ve afectada por estos factores perversos del mercado de trabajo, aumenta su dependencia respecto al empleador de turno, que podrá aprovechar dicha vulnerabilidad económica y laboral para imponer a aquélla una relación de subordinación abusiva. Estos abusos pueden adquirir diferentes formas en función del aspecto en el que se dé: abusos horarios (horas extra obligatorias que a menudo ni se pagan, horarios insufribles), intensificación del ritmo de trabajo, realización de tareas no reflejadas en el contrato laboral (en ocasiones tareas de categorías superiores por las que no se está remunerando), renuncia a derechos (cogerse una baja o renunciar a participar en movilizaciones laborales como una huelga), etcétera.
“Gran parte de la clase trabajadora está sujeta a una relación de subordinación abusiva que transgrede lo pactado en el contrato y los derechos establecidos para trabajadorxs”
El conjunto de estas formas abusivas, que diariamente se producen entre empleadores y trabajadoras, es lo que hemos definido bajo el concepto subordinación ultra-contractual¸ concepto expuesto de manera más extensa en el artículo académico [3] en el que se basa el presente artículo, y que define aquellas situaciones en las que el empleador de turno utiliza la vulnerabilidad del trabajador para exigirle una relación de subordinación que va más allá de las condiciones pactadas en el contrato de trabajo y de los derechos consagrados en el derecho laboral (por ejemplo, el Estatuto de los Trabajadores y su jurisprudencia).
Pero la pobreza, el desempleo y la precariedad no son sólo útiles para la clase empresarial en el ámbito laboral, también lo son para garantizar la hegemonía del capital en los principales espacios de decisión, tanto a nivel estatal como en instituciones supra e infra-estatales, gracias a la extorsión que realiza mediante la llamada doctrina neoliberal. Ésta se basa en el hecho de que, una vez abandonado el sistema social-demócrata en el que el Estado era el principal impulsor de la economía, ha sido la clase empresarial la que ha pasado a adoptar dicha función, de modo que la bonanza de la economía ha pasado a depender de los intereses de ésta.
“La pobreza, el desempleo y la precariedad son útiles para garantizar la hegemonía del capital en la política Estado”
Las altas tasas de desempleo han servido para que gobiernos e instituciones públicas se plieguen a los intereses del capital y propicien y maximicen su rentabilidad con la excusa de facilitar al empresariado la creación de empleo. Esto ha servido de excusa perfecta para introducir las formas precarias de trabajo y para evitar otras medidas como las “peligrosas” subidas de salarios.
En definitiva, la introducción de formas legales de precariedad laboral, las bajadas de impuestos, las privatizaciones, los ataques contra el SMI, en resumen, los discursos contra los principales bastiones del Estado de Bienestar que parecían derechos inalienables a mediados del siglo XX, no son consecuencias inevitables del desarrollo económico, sino transformaciones promovidas por el empresariado para garantizar la continuidad del mercado asalariado capitalista.
“Las consecuencias perversas del modelo neoliberal son, a la vez, los fundamentos para la reproducción de la dominación de clase”
La izquierda debería afrontar de cara esta cuestión, porque mientras ésta persista todo intento de modelo económico inclusivo bajo un sistema capitalista retocado estará abocado al fracaso. Por esto, la cuestión reside en cómo superar éste sistema caduco, no en cómo reformarlo. Aunque lo más urgente es hacer frente a esa caterva de economistas, periodistas y empresarios que promueven una postura ideológica tan miserable como la de defender que unas tasas de pobreza amplias son económicamente saludables. Y para ello, en Euskal Herria, tenemos una buena oportunidad con la huelga convocada el día 30 de este mismo mes, aprovechando la sinergia de sindicatos y movimientos sociales para defender la Carta de los Derechos Sociales de Euskal Herria. Sólo la unidad de clase nos permitirá superar este claro-oscuro gramsciano.

Peio Salazar Martínez de Iturrate: Trabajador precario y Doctor en Estudios de Desarrollo por la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea.

[1] Tal y cómo se establece en la Carta Social Europea, se puede considerar pobre a quién percibe ingresos menores al 60% de la media. Dicho umbral de pobreza se sitúa en el Estado español en torno a 1.200€, umbral aún mayor en el caso de personas con personas a su cargo (hijos, cónyuges, parientes), por lo que la pobreza es un fenómeno ampliamente presente en nuestra sociedad, llegando a afectar a entre un cuarto y un tercio de la población
[2] de Mandeville, B. (1728). The Fable of the Bees. Observations. Londres.
[3] Acceso público al artículo en la revista Sociología del Trabajo https://revistas.ucm.es/index.php/STRA/article/view/66444
Ambos artículos resumen el análisis que realizo en mi tesis doctoral, disponible en https://addi.ehu.es/handle/10810/26876

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viernes, 24 de enero de 2020

Menores tuteladas abusadas


Fuente: https://www.elmundo.es/baleares/2020/01/17/5e20c54ffc6c837a538b4580.html

Drogaban y abusaban sexualmente de mi hija cuando era una niña tutelada"

Una madre cuenta a EL MUNDO su calvario: "Tenía 13 años y hacían cola para acostarse con ella. Pasó mientras estaba interna en un centro de menores, pero nadie hizo nada".
María, en el salón de su piso en Palma. JORDI AVELLÀ
Lara tiene 12 años, estudia en un colegio concertado y hace actividades extraescolares. Estamos en 2012. Aprueba las asignaturas y va a clases de violín en el conservatorio, a inglés, a natación y los fines de semana, al club juvenil de la parroquia. Parece una niña normal, hasta que en la escuela conoce a una adolescente que la conecta con el grupo de adultos que romperá su infancia de cuajo. Lo que viene después son años internada en centros de menores tutelados por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), abusos sexuales, drogas y prostitución infantil. Hoy tiene 20 años, pero su madre se niega a olvidar aquel calvario: «Drogaban y abusaban de mi hija cuando era una niña tutelada. No es un caso aislado, hace mucho que ocurre y se alargan en el tiempo sin que nadie haga nada».
«Yo sabía que esta situación iba a estallar y por fin lo ha hecho. Cuento todo esto porque es el momento de que ellos empiecen a hacer las cosas como toca, por otros niños y por los padres. Es indecente que tutelen a los hijos de otros sentados desde un escritorio», denuncia María. «Me la quitaron después de que desapareciera mes y medio y fuera yo la única persona que la buscaba a diario. Se la llevaron diciendo que estaba en riesgo de desamparo, cuando nadie sabía quién era yo ni cómo vivía», recuerda aquella época en la que barría las calles de Palma buscando a Lara, su niña perdida, la menor de sus tres hijas. María (nombre ficticio al igual que el de su hija) decide contar su caso a EL MUNDO después de que esta semana el Consell de Mallorca haya reconocido 16 casos de explotación sexual de menores internos en sus centros del IMAS. La violación grupal a una menor tutelada despertó la alarma por una posible red de drogas y prostitución de niños internos en esos centros.
La metieron en un piso, la drogaron y los hombres hacían cola para tener sexo con ella" 
Cuando Lara conoce a su nueva amiga en el colegio, una adolescente de 16 y embarazada, todo cambia. De repente, a sus 12 años, ya quiere maquillarse, ponerse tacones... Empiezan las peleas con su madre y, por primera vez, lleva saca malas notas. Antes de cumplir los 13, se va a casa de su padre, donde «no había horarios, podía salir y desaparecer durante días». Ahí empieza a fugarse con esas nuevas compañías.
En esa época, denuncia a su madre por malostratos, aunque al final es sobreseída. De una de esas escapadas, vuelve enferma a casa de María, que lleva a su hija al pediatra, donde le diagnostican una ETS: «Ella negó haber tenido relaciones y consumido drogas, nadie denunció nada porque ella lo negaba todo».
La manos de María.

40 DÍAS DESAPARECIDA

Lara ya lleva casi un año fugándose para ir con ese grupo de adultos que le presentó su nueva amiga. Con ellos frecuentaba bares y discotecas. También pisos. El 29 de agosto de 2013 vuelve a escaparse y su madre denuncia su desaparición. Durante 40 días, María busca a su hija por los barrios que la niña frecuentaba, los llena de carteles con su foto. Toca en los portales de las personas con las que sospecha que está, le cierran las puertas, la insultan. Llama al Servicio de Atención a la Familia de la Policía Nacional (SAF), que «no hace nada»: «Esa gente metió a mi hija en un piso durante un mes y medio, ella contó que la drogaron y cómo los hombres hacían cola en la habitación para acostarse con ella. Una vez le metieron tanto que acabó vomitando mientras mantenía sexo con uno, el siguiente quitó el vomito del colchón y abusó de ella allí mismo. Lo que nunca supo es si cobraban por esas relaciones sexuales».
María recibe un día la llamada de una mujer: «Era una especie de secuestro. Me dijo que me entregaría en la Plaza de España». Mientras corre en busca de su hija, llama de nuevo al SAF, que logra llegar antes que ella: «No detuvieron a las dos mujeres con las que estaba mi niña y cuando le tomaron declaración, me prohibieron estar presente y ni siquiera atendieron mi petición de que fuera explorada por un forense». De ahí, a los Servicios Sociales y la pérdida de la tutela de su hija pequeña.
A los 12 años, el pediatra le diagnosticó una ETS y a los 16 quedó embarazada de un hombre de 37 
En el informe del Consell de Mallorca se argumenta que «existen antecedentes en protección de menores» en la hija mayor de María (que también estuvo en un centro del IMAS durante un tiempo). También, que la separación de su marido «fue conflictiva; que hubo situaciones de violencia física y verbal en presencia de la niña; y dificultad para establecerle límites y normas. En el escrito, indican «negligencia emocional hacia la menor; falta de actitud protectora», entre otros motivos.
«En el IMAS dijeron que conmigo estaba en riesgo, aunque yo siempre fui quien la mantuvo, incluso cuando estaba con ellos yo era la que pagaba su material escolar, todos sus gastos, quien la buscaba y se preocupaba. Pero me dijeron que en mi casa no podía estar y me dieron a elegir entre entregársela a la hermana de su padre, a la que no conocía de nada, o internarla en un centro para su reeducación. Escogí el centro pensando que, tal y como dijeron, la ayudarían», explica María. La internaron en el de Can Mercadal y antes de una semana ya se estaba fugando. De allí salía tan tranquila por la puerta, diciéndoles adiós», recuerda.

"HAY NIÑAS QUE LLEVAN AÑOS FUGADAS"

Cuando Lara se escapaba, desde el centro llamaban a su madre: «Ellos se limitaban a dar parte a la Policía, yo salía a buscarla y cuando la encontraba se la tenía que devolver. Me decían que no podían retenerla, que su protocolo se lo prohíbe. Me contaron que eso ocurre muy a menudo y que hay niñas que llevan años desaparecidas de esa forma, sin que nadie haga nada». «Yo veía a mi hija cada vez peor, sabía que ella se escapaba para irse con esa gente, porque la había enganchado a la droga. Caí en una depresión, estaba totalmente bloqueada, no sabía lo que tenía que hacer. En aquella época yo ya me había peleado con mucha gente del IMAS. Siempre me trataron mal, como si la que hiciera algo malo fuera yo».
Después de Can Mercadal, trasladan a Lara a otro, el de Son Roca, «de ese tenía que saltar un muro para escaparse, pero lo hacía igual». Con 16 años, sigue tutelada por el IMAS y fugándose para irse con los adultos que le dan droga y la explotan sexualmente. De una de esas fugas, vuelve embarazada «de un chico de 37 años».
Una de las veces que su hija acude a ella, decide mandarla con su hermana a Boston, donde nace el bebé. Poco después vuelve a Palma y acaba en un piso social para madres menores solteras. Hoy tiene 20 años, cuida de su hijo, estudia en un centro de adultos y trabaja de camarera. «No sé si el IMAS la ha metido en esa lista de 16 menores internos explotados sexualmente. Quizás no, con nosotros siempre tiraron balones fuera. Nadie hizo nada, lo único que pido es que se depuren responsabilidades de todo lo que le ocurrió a mi hija después de que me la quitaran».

Asesinada.

24 de enero. aniversario asesinatos de Abogados de Atocha

lunes, 20 de enero de 2020

Abogada en peligro




Abogada en peligro


Irán: 38 años de prisión y 148 azotes para abogada defensora de las mujeres

Por: נעם בנעט

Nasrin Sotudeh
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Cuando Arabia Saudita anunció en junio de 2018 que permitiría a las mujeres conducir automóviles, las noticias se convirtieron en titulares en todo el mundo, la mayoría de ellas desdeñosas o condescendientes. Aquellos que entendieron algo distinguieron entre el reino conservador saudí y su gran rival Irán, donde las mujeres gozan de mayores derechos. El mismo mes, Nasrin Sotudeh, abogada y activista de derechos humanos, fue arrestada en Irán por representar a los manifestantes que se quitaron el velo en protesta contra la obligación de llevar el hijab. La historia comenzó el 27 de diciembre de 2017, cuando Movahed estaba en un estante en la calle Enclave en Teherán con su velo blanco atado en un palo en lugar de en su cabeza, como es obligatorio en Irán. Movahed, de 31 años, agitó el velo a la audiencia como una bandera y desapareció. Movahed inspiró a muchas mujeres, y lentamente comenzaron a aparecer sus imitaciones. Más de 20 mujeres han sido arrestadas en Irán durante el último año por protestar. Las mujeres arrestadas fueron representadas por la abogada Nasrin Sotudeh, una conocida experto en derechos humanos que anteriormente había sido arrestada por representar a detenidos de la “Revolución Verde” de 2009 y condenada a tres años de prisión. Esta protesta siguió a las sospechas de falsificación de los resultados de las elecciones que llevaron a la reelección del entonces presidente en ejercicio, Mahmoud Ahmadinejad, sobre el candidato reformista Mir Hosein…
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Artículo original de https://israelnoticias.com/editorial/abogada-nasrin-sotudeh-iran/?fbclid=IwAR0FrU_Rf83kPuVUA_M_jEpxkRGFNsrJCmQWdKDpPwbQ6u63tuoMgTTcY_s