martes, 15 de mayo de 2012

Mentores...


Sobre mentores y startups

Hoy voy de denuncia, de grinch, de dar mi opinión en un tema que cada vez veo que va perdiendo sentido. Y si, para quien me pide que sea naranja lo siento, hoy desgraciadamente voy a escribir como limón.
Me toca hablar de mentores, de mentores en una start-up.
Cuando empiezo a escribir a veces me voy a la definición más académica para no equivocarme y para ver si voy a hablar de lo correcto. Dice la RAE que mentor viene del griego. Μέντωρ, Méntor, personaje de la Odisea, consejero de Telémaco. Y que puede ser dos cosas (1) en masculino y femenino un “consejero o guía” o (2) un ayo que es también masculino o femenino la “persona encargada en las casas principales de custodiar niños o jóvenes y de cuidar de su crianza y educación”
En una start-up lógicamente nos vamos al (1) porque lo que buscamos es una persona que especialmente al principio nos de valor en forma de ideas de negocio, contactos, errores que no se deben cometer. etc.
Soy de los que he defendido que esto es una buena idea, que hay que aprovechar todas las palancas posibles y que rodearte de mentores, asesores o como lo llamemos, o lo llame la RAE, es algo interesante…. Pero es  que en la vida hay blancos, negros y muchos grises y en España cada vez estoy viendo más casos extremos.
Y a veces lo extremo se reduce cuando me hago unas preguntas, cuando pienso unas claves para elegir (o no) un mentor. Allá van unas preguntas básicas:
  1. ¿Lo necesito? Ah, es que esa pregunta no me la tengo que hacer ¿no? Pues si, te la tienes que hacer porque puede que no lo necesites.
  2. ¿Qué quiero de este mentor? ¿Qué necesito y qué no?
  3. ¿Cómo voy a medir su participación en mi start-up? ¿Qué le voy a pedir? ¿Lo voy a establecer en tiempo?
  4. ¿Y que le voy a dar? Porque ¿le tengo que dar algo?
Porque un mentor debe ser una persona que se implique en tu proyecto y al cual le exijas y con el cual valores correctamente su participación.
Y hay que ser MUY exigente, o tienes a los mejores o no los tengas. Porque tener mediocridad y encima regalar participaciones a mediocres tiene mucho peligro.
Puntos en los que fijarse y a trabajar una vez que si, que quieres mentores:
  1. Ya lo he dicho. O el mejor o nada.
  2. ¿Qué necesitas? Porque lo suyo es ver cuáles son tus puntos débiles y que en ellos trates de buscar al mentor.
  3. No valores cosas que son pagables o que cuestan poquísimo. Porque un artículo de tu empresa en un blog no vale una puñeta, vale unas cuantas visitas un día que no te llevan a nada. Si tu empresa es buena los periodistas y los bloggers querrán escribir sobre ella cuando les escribas. Les faltan noticias, les faltan buenos ejemplos.
  4. Lo impagable es que esa persona se implique como si fuera su empresa. Y si de verdad piensa que mereces la pena le puedes pedir hasta que invierta.
  5. Mide en un contrato lo que quieres, cuánto y como. No valen caras bonitas que están por eso, por su cara bonita. Siempre exige dedicación y hazlo por escrito y como probablemente has elegido al mentor por algo pídele que te de valor en eso que sabes que es el mejor.
  6. No des grandes participaciones y menos si este mentor no invierte. Si yo, inversor en una ronda posterior, veo que has regalado una participación significativa a este mentor valoraré muy poco tu empresa, te valoraré muy poco a ti.
  7. Huye de la gente que hace esto de una manera organizada. Lo siento pero si esto es tu negocio, si eres mentor profesional, es que no tienes valor. Yo hago caso a la gente que me llama una vez, dos, tres… Pero llega un momento que pasas de quien te pide favores constantemente porque si lo hace tanto es que no se cree los favores que pide.
¿Para qué quiero tener a Steve Jobs o a Bill Gates en mi empresa si no se creen en mi producto o no me ayudan? Ah, que me van a atraer gente que invierta pero ¿no se darán cuenta los inversores que les has dado dos duros para nada?  ¿No te das cuenta que ni Steve ni Bill tienen tiempo para ti? ¿No será que solo tiene tiempo al que le sobra? Si hago una lista yo quiero tener de mentor a Jesús Encinar, a Carina Szpilka, a François Derbaix, a Marek Fodor, aAlberto Artero, a Alberto Knapp, a Julio Alonso, a Marc Vidal, a Rafa Garrido, aCarlos Domingo, a Dídac Lee, a María Fanjul, a Jesús Monleón, a Iñaki Ecenarro, a Eneko Knorr, a Marta Esteve… pero ¿cuántos de esos son mentores de empresas? Y si lo son ¿En cuántas de esas empresas no han invertido dinero? Me temo que el número está próximo a cero.
Internet en España es un pueblo y si eres bueno se va a enterar hasta el tonto del pueblo. Si no lo eres y encima te dejas acompañar por mentores malos a los cuales les has regalado todo pues eso, te quedarás peor que si no hubieras empezado.
Fuente: http://inakiarrola.com/2012/05/14/sobre-mentores-y-startups/



http://sixservix.com/blog/david/2011/02/01/en-espana-no-hay-startups/
Por David Bonilla.


¿Por qué en España no hay startups?

Todos los que nos movemos en el sector del desarrollo de software estamos hartos de oír hablar de los centenares de startups, nuevas empresas de base tecnológica, que surgen como setas en Estados Unidos u otros países, mientras que en España aparece un Tuenti o un BuyVip cada 2 años.
La razón es muy, muy sencilla. Simplificando hasta el infinito, la receta para que una startup triunfe tiene dos ingredientes:
  • Una buena idea
  • Tiempo y recursos para convertirla en una realidad
El problema es que, en España, hay buenas ideas, pero dinero -que es la traducción más prosaica de ‘tiempo y recursos’- NO HAY.
En esta entrevista del periódico económico Cinco DíasRodolfo Carpentier, presidente de DaD, que pasa por ser una de las firmas de inversión en startups tecnológicas de referencia en España, afirma que invierten “de 50.000 a 200.000 euros” por empresa y que, de media, financian 4 proyectos al año.
Es decir, que una de las principales firmas de inversión en España invierte una media de… ¿800.000 euros al año?
Por poner en contexto esos 800.000 euros, os hago la siguiente apreciación. En un evento comoLaunch, destinado a poner en contacto a startups y posibles inversores, se ofrecen entradas parabootstraping startups o, lo que es lo mismo, empresas con pocos recursos o auto-financiadas. Lospobretones de la clase, vamos. ¿Y sabéis cuáles son las condiciones para ser consideradooficialmente pobre?  Tener una inversión menor de 1 millón de dólares y hasta 10 empleados. Es decir, que la empresa del señor Carpentier podría invertir todo el dinero que tiene disponible en un año en una sola empresa y esta seguiría siendo considerada oficialmente POBRE.
No nos centremos en la empresa del señor Carpentier. Hasta el 2008, daban cifras de inversión total y, ese último año, hablaban de 4 millones de euros invertidos. Son de los pocos que realmente hacen algo. Además, en ese artículo se definen como incubadora, así que esas cifras serán de capital semilla, el dinero para sacar un prototipo, el producto mínimo viable. El problema, es que:
  1. Esos 50.000 euros ya son totalmente insuficientes para crear cualquier prototipo mínimo viable (intenta convencer a dos buenos programadores de que dejen su trabajo… con dinero en el banco para pagar su nómina los próximos seis meses)
  2. No hay mucho más allá de esos 50.000 euros.
¿Vas a invertir 50.000 euros en mi empresa? ¿Y qué se supone que quieres que haga con eso? Si yo pusiera otros 50.000 -¿Quién no tiene esa cantidad en el banco en este país?- ¿Qué podríamos hacer con 100.000 euros?
Contratar a dos programadores que cobren 30.000 €/año tiene un coste empresa de 80.000. Con los otros 20.000 €, puedo pagar la gestoría, un primer diseño (baratito) de la web, los equipos, el hosting…y vivir con el poder adquisitivo de un chaval de 16 años en casa de mis padres. Ni hablar de tener una oficina, invertir en marketing, viajar a algún evento internacional para buscar y tener feedbackde inversores o pagar teléfono, material de oficina… o el Internet de los teletrabajadores -porque hemos dicho que no íbamos a tener oficina, ¿no?- No te preocupes, con esas condiciones y ese sueldazo, no dudo ni por un instante que atraeré a los mejores ¿Quién podría negarse?
Puede que ahora haya alguien que intente desmontar mis cuentas de la viejadeliberadamente simplistas, con unos números propios que demuestren que se puede montar una startup con 14 programadores en Burgo de Osma por menos de 20.000€. Por acabar con un debate estéril antes de que comience, volvamos a contextualizar: 300.000 euros. Eso es lo que cuesta montar una franquicia de McDonalds en España. 300.000, ni uno más ni uno menos. Y un McDonalds en Burgo de Osma no tiene la posibilidad de llegar a millones de clientes ni de atender a 200.000 personas con los mismos costes que a 2.000. Y puede hacer que te ganes muy bien la vida, pero, desde luego, no te va a convertir en millonario. No aporta riqueza, ni innovación, ni  siquiera activos. Los 300.000 euros ni siquiera están destinados a comprar un local, sino a pagar la maquinaria, la obra de acondicionamiento, y el royalty de la empresa americana.
En realidad, los desarrolladores americanos, ingleses o alemanes no son mejores ni peores que nosotros. Simplemente son… suficientes.
¿Os imagináis presentando la idea de negocio de Twitter a un inversor español? Esperad, antes de que os atragantéis de la risa, imaginad que conseguís que os hagan caso y que, entonces, les empezáis a hablar de escalabilidad, de latencia, de NoSQL y pedís dinero para contratar a 8 o 10 técnicos. A que no os resulta difícil visualizarlos diciendo: “Venga hombre, ¿para esa cosita de 140 caracteres?. Eso, entre dos, lo tenéis hecho. Y el diseño, por 600 € hay una empresa en Ciudad Real que te hace la güel entera…“.
Seguro que gran parte de la culpa es de los españoles en general, una raza con una atracción sobrenatural por el funcionariado y la compra de pisos a 40 años, pero ¿estamos seguros de que les estamos dando los recursos necesarios a los pocos valientes que lo intentan?
Os paso una infografía sobre el estado de la inversión en startups en Estados Unidos, originalmente, el único objetivo de este artículo. Las comparaciones, en este caso, son odiosas. Da la sensación de que, en España, no hay dinero solo RUIDO.

Infografía de la cifras sobre la financiación de StartupsPulsa en la imagen para verla más grande

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