Matías Bevilacqua Trabado, informático de 36 años, y 'hacker' de la red espía de venta de datos que persiguió a Telma Ortiz, hermana de la princesa Letizia, será uno de los miembros del Centro de Ciberseguridad
que abrirá en septiembre con el objetivo de proteger las
ciberinfraestructuras de las administraciones españolas. La empresa de
la que forma parte, CFLabs, ha sido elegida para conformar este conglomerado que acaba de conceder la Comisión Europea a España.
Matías Bevilacqua, colaborador del Centro Nacional de Inteligencia, fue detenido e imputado tras desarticularse en la llamada 'operación pitiusa'
una red de venta de datos personales en la que estaban implicados desde
funcionarios a guardias civiles, policías e investigadores privados. La
trama saltó a la prensa tras conocerse que entre las 3.000 víctimas
figuraba Telma Ortiz, hermana de la princesa de Asturias, y José Ignacio López del Hierro, marido de la político Dolores de Cospedal.
Matías era el 'hacker' encargado de entrar en los correos electrónicos
de los espiados. Ahora, se ha pasado al 'otro lado' y forma parte del
Centro de Ciberseguridad que pretende acabar, precisamente, con los
errores en la protección de los sistemas informáticos de las llamadas
infraestructuras críticas.
Con una subvención de más de 700.000 euros, y con sede en la Universidad Autónoma de Madrid,
el Centro de Ciberseguridad será inaugurado en septiembre y su objetivo
será, además, formar en ciberseguridad, investigación, certificaciones
nacionales y creación de unidades de apoyo a las empresas. Como este
centro, tan solo dos más existen en Europa, el francés, situado en Montpellier, y el irlandés, situado en el University College de Dublín.
España se suma así a las nuevas formas de combatir los ciberdelitos
aunque para ello tenga que poner en plantilla a uno de los 'hackers' que
precisamente ha cometido alguno de ellos.
Como parte de su trabajo en CFLabs, que probablemente repetirá en el
Centro de Ciberseguridad, Matías Bevilacqua se encargaba de formar a
miembros de la Guardia Civil, policías, detectives, magistrados y
fiscales de la Audiencia Nacional y el Supremo. Precisamente muchos de
los investigadores privados a los que había enseñado, pasaron después a
trabajar codo con codo con él en los casos de espionaje por los que está
imputado, y por los que deberá responder ante la Justicia próximamente.
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