martes, 22 de mayo de 2012

Esperando frutos desde la preocupación...

Fuente: http://www.facebook.com/profile.php?id=693551537
Jorge Ramos


La crisis económica está actualmente en lo que podríamos considerar su punto más álgido, prácticamente ningún sector económico y ningún colectivo laboral se libran ya de sus nefastos y destructivos efectos. Las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la crisis económica y la crisis de la deuda soberana se han juntado para formar la tormenta económico-financiera perfecta. Con Grecia a un paso de la quiebra y de su salida del Euro, los bancos españoles afrontan estos días un momento más crítico que cuando se produjo la caída del banco estadounidense Lehman. Tras la nacionalización de Bankia, otras importantes entidades crediticias españolas han comenzado a alertar del riesgo de quiebra si tienen que provisionar las millonarias exigencias del Gobierno para combatir los efectos de sus activos tóxicos inmobiliarios (la herencia bancaria del boom de la vivienda que luego fue pinchazo).


El paro sigue creciendo (salvo el pasado mes que descendió en un porcentaje mínimo), la morosidad se mantiene ó crece y los Gobiernos autonómicos han empezado a aplicar recortes adicionales a los aplicados por el Gobierno central porque sus tesorerías amenazan entrar en situaciones límite. Desde el Gobierno central se amaga con intervenir la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, que dos meses después de las segundas elecciones sigue con un Gobierno interino. Esta es, más o menos, la descripción objetiva del momento presente. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirma que las medidas adoptadas por el Ejecutivo en los últimos cinco meses pronto comenzarán a dar sus frutos.

Entretanto crece la preocupación ciudadana, aumenta el número de familias sin ingresos y los integrantes del movimiento 15-M han vuelto a las calles para reclamar soluciones urgentes. Al menos, ahora, en Europa parece que empiezan a apoyar a España. Los próximos meses serán claves.


Cuando llegas al fondo del pozo solo puedes avanzar hacia arriba, claro, salvo que te empeñes en cavar para abrirte camino más abajo todavía, aunque no creo que este sea el caso. Creo que lo que puede ocurrir a partir de ahora es que las piezas del puzle que saltaron por los aires hace cinco años comiencen a ser recolocadas con el esfuerzo de todos durante este año que, tenemos que asumir esta realidad, será muy duro, posiblemente el más duro de esta ya larga crisis. Ahora parece que la necesidad de saber combinar y compaginar el ajuste imprescindible para seguir adelante con el también imprescindible crecimiento económico aparece en la hoja de ruta de todos o casi todos los Gobiernos europeos, salvo la incógnita griega. Pocas veces, salvo casos contados como las dos primeras guerras mundiales, sobre todo la segunda, el sistema democrático se encontró más amenazado y sus pilares tuvieron mayores convulsiones. El dilema está sobre la mesa, ¿ajustes ó crecimiento del empleo y mantenimiento del Estado del Bienestar?


Creo que hemos confundido durante demasiados años, desde mucho antes del 2008, un llamado estado del bienestar con el estado del todo vale, no pasa nada y podemos gastar por encima de nuestras posibilidades. De aquellos barros vienen estos lodos. Llegó la crisis y mandó apagar, ahora toca pagar la larga fiesta. Pero debemos aprender de nuestros errores y recuperarnos, el índice de paro está en máximos, nos recuerda la tasa de paro que sufrió Estados Unidos cuando la Gran Depresión. ¿Empleo ó ajuste?


Creo que las dos cosas son imprescindibles y voy a usar una analogía, me gustan las analogías para describir una situación. Imaginemos que estamos construyendo un gigantesco rascacielos y que en la obra trabajan todos los ciudadanos españoles y muchos llegados de otros países, imaginemos que, repentinamente descubrimos preocupantes y graves deficiencias en los cimientos.


¿Qué deberíamos hacer? Seguir construyendo y ganando altura con riesgo a que el edificio sufra un colapso por sus débiles cimientos es una opción. La otra es detener o reducir al máximo la obra, incluso disminuyendo la presencia de trabajadores en el edificio y concentrarnos en reparar y fortalecer los cimientos para luego poder reanudar el crecimiento del edificio con todos los trabajadores en la estructura.


Somos libres para elegir nuestra propia opción....

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